(Orlando Villalobos)
La canción popular
preferida es La Grey Zuliana, tanto que si dejamos de lado las formalidades,
tendría que admitirse que desplaza al himno oficial.
Este himno es
rimbombante y extraño. Sus defensores dicen que se corresponde con la corriente
parnasiana que se expresaba en su tiempo y en la que se anotaba su autor. Los
parnasianos estuvieron de moda en la segunda mitad del siglo XIX. Defendían que
el fin del arte era, únicamente, “crear belleza” y rehuían del discurso como
conciencia política, encarnado por Víctor Hugo y tantos otros.
Al himno del Zulia
se le convirtió en la canción oficial luego de organizar un concurso para hacer
la selección y de ese modo validarla y justificarla.
El concurso se
convocó en abril de 1909 y en agosto se emitió el veredicto de la canción
ganadora, “Sobre palmas”. El promotor y defensor del himno fue el periodista
Eduardo López Rivas. Era en su momento una persona muy influyente, propietario
y director del diario El Fonógrafo, el principal periódico del Zulia a
principios del siglo XX; y además propietario de la empresa editorial La
Imprenta Americana.
El himno, en
realidad, es una canción compuesta por encargo por el poeta Udón Pérez. Era el
gran bardo de la ciudad, polémico, bohemio e influyente; escribía en periódicos
y revistas de la época. Según Marcial Hernández era “el mejor poeta zuliano,
sin segundo”. Esto es necesario decirlo para que se vea que era probable, casi
lógico, que se le encargará a él la responsabilidad de la letra del himno.
Udón era un
maracaibero -palabra muy usada en su momento-, a carta cabal. Jesús Semprún
anota que su grave error fue no salir de Maracaibo. Quizás lo dice porque
Semprún que nació en Santa Bárbara del Zulia ejerció el periodismo en Caracas,
Buenos Aires y Nueva York. Nada menos. Dice Semprún: “No es que yo piense que
ha debido desarraigarse, sino que ha debido salir a ver un poco el mundo.
Nuestra Maracaibo, con ser la primera ciudad venezolana, por el empeño y el
ansia de civilización, está muy escondida, muy remota. La barra (del lago) es
un cerrojo corrido. Si fuera un puerto marítimo habría adelantado muchísimo
más”. De Udón se puede decir algo que Semprún dice de otro zuliano conocido,
Marcial Hernández. Udón fue casi exclusivamente zuliano.
La canción “Sobre
palmas” tiene una letra difícil, rebuscada, un galimatías pues. El coro es
su parte más difundida. “Sobre palmas y lauros de oro/ yergue el Zulia su
limpio blasón;/ y flamea en su plaustro sonoro/ del progreso del radiante
pendón”.
Luego siguen cinco estrofas, en
su mayoría olvidadas y borradas de la memoria, porque no se cantan, ni se
recuerdan.
En la parte de su letra nunca
recordada dice: “En tu carroza ligera/que tiran diez corceles,/ de acantos y
laureles/ guirnaldas mil se ven./ Allí del Arte el símbolo/ del sabio la
corona/ del Temis y Pompona/ la espada y el lirén,/ la enseña del trabajo/ y el
lábaro del bien”. Sin comentarios.
Una parte que pudiera rescatarse
de la letra es esa que se refiere a “la hoguera que deslumbra/ cuando al cenit
se encumbra/ la cuádriga del sol…”.
Es toda una evocación del
poeta. ¿La cuádriga? La cuádriga es esa imagen reiterada en el cine, para
registrar a los soldados del imperio romano, que llevaban un carro tirado por
cuatro caballos. Pero en este caso esta es la cuádriga del sol, otra manera de
hacer un registro exhaustivo de los dominios del sol en estos confines.