(Orlando Villalobos Finol)
Con sabiduría callejera se dice en Venezuela. “San Juan to' lo tiene, San Juan to' lo da/ cantos y fulías de una tierra hermosa/ pa' un pueblo que canta cuando va a llorar”.
La Unesco declaró la festividad por la
devoción y el culto a San Juan Bautista como patrimonio cultural inmaterial de
la humanidad. Así llegamos a la octava manifestación venezolana que forma parte
de esa lista.
Las otras son los Diablos Danzantes de
Corpus Christi, la parranda de San Pedro de Guarenas y Guatire, la tradición
oral de los Mapoyo y sus referentes simbólicos, en Los Pijiguaos, estado
Bolívar; los conocimientos y las tecnologías tradicionales relacionadas con el
cultivo y procesamiento de la Curagua, en Monagas; el carnaval de El Callao, y
los cantos de trabajo del llano, que tanto recreó Simón Díaz.
Cualquiera puede
añadir muchas que faltan. En Zulia, la fiesta de San Benito de Palermo, las casas palafíticas del pueblo añú, el baile de la yonna y el encierro
de las majayulü (mahajura), una ceremonia de la mujer wayuu; y así tantas
otras, como el patuá que hablan en Guiria y en otros lugares (https://www.youtube.com/results?search_query=patua+parlante).
Cada una de estas
expresiones es una muestra de saber, conocimiento ancestral e identidad
cultural. Así somos, así bailamos, cantamos; nos defendemos y luchamos.
De todo este
movimiento lo resaltante es que aparece una nueva noción: el patrimonio
inmaterial, lo que llevamos por dentro. Somos cuerpo y espíritu, razón y
emoción.
No alcanza con
reconocer o quedarnos en lo material. La oralidad, las fiestas de los pueblos,
las artes, las técnicas y saberes vinculados a la artesanía son claves; nos
acompañan.
Esta explicación
del escritor colombiano Mario Mendoza, (https://www.youtube.com/watch?v=ouIM_pKX7DQ)
nos ayuda a entender la fuerza y presencia del concepto. “En Naciones Unidas se habla de patrimonio inmaterial, eso
significa lo que tenemos en la cabeza, lo que hemos leído, lo que conocemos, lo
que sabemos. Hay gente que tiene camionetas cuatro puertas, apartamentos,
cuentas en el extranjero, y según la ONU son indigentes. No nos iluminan para
nada, no significan nada. No es importante ya ese camino afanoso por hacer
plata, por escalar. Le diría a las nuevas generaciones, vístete de cualquier
manera, compra cualquier celular, anda a pie, pero ten cuidado con lo que
tienes adentro. La nueva riqueza es inmaterial”.
Esta mirada nos permite volver a
nuestros ancestros y volver a la metáfora del “mundo interior” que nos hace más
humanos. Freud lo llamó el inconsciente y Edgar Morin insiste en que somos
seres complejos, porque somos físicos, biológicos, síquicos, culturales,
sociales, en fin, integrales.
2 comentarios:
Buena esa, la riqueza inmaterial,
Te invito a que nos asomemos a la ley de Patrimonio u su propuesta vorrrectiva actual.
Correctiva actual. Disculpen
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