jueves, 6 de diciembre de 2007

Si hay gente hay esperanza

I
(Orlando Villalobos Finol) Resulta indispensable comentar y ponderar los resultados del referendo del domingo 2 de diciembre. Para participar del aprendizaje de la experiencia, como estudiantes y como maestros, porque sólo es negativo lo que no se usa para sacar lecciones y aprender de la maestra vida.
Para empezar hay que decir que en medio del resultado adverso para las fuerzas del cambio social, de la derrota que significa no haber conseguido el objetivo de aprobar la reforma de la Constitución, hay que anotar una serie de conquistas alcanzadas en la jornada del domingo.
Primero, la Constitución ha sido relegitimada. Muchos que la habían rechazado cuando se aprobó en 1999, ahora salieron a defenderla.
Segundo, el Consejo Nacional Electoral (CNE) gana credibilidad porque dio los resultados con transparencia. La leyenda de que era un instrumento para la trampa electoral se desvanece ante la fuerza de la realidad. Después de las sucesivas jornadas electorales la gente sabe valorar, cuidar y defender su voto.
Tercero, después de los resultados el país respira paz y se asoma a nuevos momentos y escenarios. La consulta del referendo sirvió para que el ejercicio democrático permita debatir, discutir y decidir en paz, de manera pacífica. Esa es una ganancia que hay que ponerla sobre la mesa y hacerla visible. La paz es algo que se construye y en ese camino andamos.
En cuarto lugar, aunque a muchos les cuesta admitirlo, el presidente Chávez sale bien librado del lance; demostró sentido de la prudencia y aceptó inmediatamente los resultados adversos; reconoció al adversario, todo eso en contra de la leyenda de que es un tirano autoritario. Una vez más cuando se plantó frente a las cámaras transmitió verdad.
Y en quinto lugar, para cerrar esta primera parte, las fuerzas del cambio, demostraron la fortaleza de ser la mitad del electorado. Fue una derrota por la mínima diferencia. La fuerza que pierde tiene la mitad. Es un asunto matemático y político.
Lo voy a decir con palabras del escritor mexicano Juan Rulfo: “Se oye que ladran los perros y se siente en el aire el olor del humo, y se saborea ese olor de la gente como si fuera una esperanza”. Lo repito con Juan Rulfo, si hay gente, hay esperanza. Y la fuerza bolivariana es un río de gente, a veces desorganizado, a veces confundido, pero hay un país que quiere cambiar, un país que no se resigna ante la injusticia.
II
Muchas preguntas están reclamando respuestas en relación con lo sucedido el domingo. Un dato es que la derecha logró reagruparse. Se produjo una nítida alineación de corrientes conservadoras y reaccionarias: medios privados como Globovisión y RCTV, que actúan como plataforma comunicacional de la derecha, los grupos corporativos nacionales y transnacionales, la jerarquía eclesiástica y el movimiento juvenil procapitalista, defensor de la propiedad privada a cualquier precio. Todos esos factores se juntaron y mostraron iniciativa. De allí el impacto electoral que obtuvieron.
Hubo un plan concertado que se tradujo en desabastecimiento de alimentos, marchas estudiantiles que buscaban hacer aparecer al gobierno como un aparato que ahoga las libertades y unos medios privados que permanentemente desinformaron y mintieron de manera deliberada. Hubo un guión que se cumplió.
Ese guión da una idea de lo que tenemos por delante. Si alguien alguna vez lo subestimó ya sabe lo que le espera y lo que nos espera. Fíjense como los obispos y muchos curas se opusieron a la reforma con declaraciones agresivas, cómo se valieron del púlpito y de su influencia en los feligreses. Es decir, la derecha política no juega limpio.
Ya se han dado explicaciones acerca de por qué esta vez la propuesta de cambio, en este caso representada por la reforma, no triunfó. Habrá que seguir estudiando lo ocurrido.
Hagamos un resumen de las flaquezas de la propuesta. Todo apunta en la dirección de que no fue comprendida. Era una propuesta difícil que sumó 69 artículos. Demasiados temas y tópicos. Si contamos los días que mediaron entre la entrega del documento final por parte de la Asamblea Nacional y el 2 de diciembre constataremos que hubo poco tiempo para la explicación del contenido de la reforma.
Esa circunstancia fue aprovechada por la derecha conservadora para satanizar la reforma. Allí ganó ofensiva. Eso no había ocurrido antes. Una virtud de la fuerza bolivariana es que siempre ha propuesto y desarrollado una agenda propia de temas y no ha estado a la defensiva. Esta vez hubo que explicar que no era verdad lo que se decía. Es lo que ocurrió, por ejemplo, con la cuña que decía que el gobierno se iba a apropiar de las carnicerías.
La campaña del miedo surtió su efecto. Sobre todo, entre los estratos más pobres de las ciudades con mayor concentración urbana: Maracaibo, Caracas, Puerto la Cruz, Barquisimeto. Este fue otro factor.
También falta analizar las razones que llevaron a la abstención, particularmente de esos tres millones de votos menos que obtuvo la fuerza bolivariana o chavista. ¿Qué dice ese silencio? ¿Hasta qué punto se está reclamando una acción de gobierno más efectiva? ¿hasta qué punto se está tomando distancia de quienes en funciones de gobierno hacen ostentación de bienes materiales?
Después de nueve años de gobierno bolivariano el burocratismo, la corrupción y la ineficiencia aparecen como trabas notorias. La queja sorda se expresa con recurrencia y los correctivos no aparecen. Desde instancias del Estado se desarrollan políticas neoliberales que ocasionan daño al ambiente, es el caso de la explotación de carbón en Zulia. Muchos productos destinados a Mercal se ofrecen en mercados paralelos. Se multiplican las políticas clientelares en las comunidades y no se trabaja en la dirección en la formación política, lo cual resta la fuerza transformadora de las misiones, porque algunos están por recibir algún simple beneficio y no empezar a sembrar nuevos valores.
La revolución está por construirse. Implica acciones políticas y acciones sociales y económicas. Para lograrlo hay que vencer las fallas que se instalan en las instituciones. Es hora de reconocer errores y corregirlos, sin pérdida de tiempo.

1 comentario:

Javier Castillo (Javo) dijo...

Muchas gracias, profesor. Ignoraba que su reflexión profunda y muy valiosa no estaba en el blog.

Dispense mi petición. Lo guardaré en mis archivos, como parte del aprendizaje que necesitamos, especialmente nosotros, los jóvenes.

Quien no valore su tranajo radial, académico y profesional debería autoanalizarse.

Sin embargo, comenté a la vocera del batallón, hoy sábado 08-12-2007, la necesidad inmediata de refrescar los liderazgos y asumir el nuevo reto.

Es preciso tener un PSUV limpio, pero lamentablemente recibí una amenaza de ser denunciado ante la Fiscalía por "acoso psicológico a través de mensajes de texto", pues retiré mi apoyo político a la vocera y a un grupo de oportunistas que están allí por intereses individuales. Es penoso.

Con mi dignidad es suficiente. Si me citan iré. No tengo problemas.

Mi respeto y admiración.

Javier Castillo