martes, 9 de enero de 2018

Maracaibo, la canción

(Orlando Villalobos)
La banda sonora o musical de Maracaibo está recogida en temas emblemáticos. Hay varios cosechados sobre la misma tierra que sobresalen, la “La grey zuliana” y “Maracaibo en la noche”, “Maracaibo Florido”, de Rafael Rincón González; “Pa Maracaibo me voy”, con Cheo García y así muchos más. Todavía falta añadir las gaitas que hacen justicia con la ciudad, el puerto, las tradiciones y costumbres, los personajes, la comida y la historia regional.
Pero también hay canciones foráneas que han resaltado el espíritu y la vida de Maracaibo. La más famosa de estas canciones que vinieron es el “Maracaibo oriental” de Benny Moré. Hay quienes dicen que se llama “Mi son Maracaibo”. La composición es del cubano José Artemio Castañeda, quien en una entrevista –que está en Internet- explica que un día en un baile le pidieron un Maracaibo como tema; por lo visto era como un género. El la compuso a la carrera y lo demás es crónica conocida. En esa época llegaban al puerto de Maracaibo muchos músicos y artistas cubanos, mexicanos y antillanos, que eran contratados para actuar en las emisoras de la ciudad y en la Costa Oriental del lago, en los clubes de las empresas petroleras.
En Maracaibo había tres emisoras, Ecos del Zulia, Ondas del Lago y Radio Popular, en las que los cantantes y músicos se presentaban en vivo. Ecos del Zulia, en la década de los 50 tenía un programa musical diario, por el que desfilaron numerosos cantantes. Su nombre, “Caminos musicales Westinghouse”. Además de las emisoras, los artistas que venían se presentaban en el Teatro Baralt y otros cines y teatros, y en clubes privados y hoteles de la ciudad.
Mario Moreno, Cantinflas, el 29 de junio de 1957, actuó en el Estadio Olímpico, acompañado por el cantante zuliano Armando Molero. El 25 de junio de ese año, Los cuatro hermanos Silva, de Chile, actuaron en Radio Popular. Ese mismo año, el 6 de mayo se presentó Daniel Santos y su orquesta Venezuela, en Ecos del Zulia y en el canal de televisión de la ciudad, Televisa del Zulia. El 20 de mayo actuó el cantante californiano Andy Rusell, en el salón Windsor del Hotel Detroit, luego desaparecido. El 1 de marzo la bailarina cubana Blanquita Amaro, muy conocida en ese momento, actuó en el teatro Paramount y durante varios días en la emisora Ondas del Lago. La lista es larga. El mexicano Pedro Vargas vino en diciembre de 1956 y se presentó durante una semana en Ecos del Zulia. En septiembre de ese año vino Lucho Gatica y actuó en Ondas del Lago y en el Teatro Baralt. La cubana Carmen Delia Depini vino el 5 de junio de 1956 y actuó en Ecos del Zulia. Cierro este resumen incompleto y parcial con el mexicano Tito Guizar, quien se presentó en julio de 1955 en Ondas del Lago. Ese año también vinieron Alberto Beltrán, “El negrito de El Batey”, en agosto, y actuó en Ecos del Zulia; la bailarina Yolanda Montes, “Tongolele”, que llegó el 11 de junio contratada por la Empresa Baralt, y el cantante y actor mexicano Fernando Fernández, quien llegó el 24 de septiembre y también actuó en Ecos del Zulia. En 1951 vinieron el cantante mexicano Fray José Mojica, quien llegó el 9 de febrero y se presentó en la noche en el Teatro Baralt, y María Victoria Cervantes, mexicana, “la mujer de la voz sensual”, llegó el 1 de julio.
El renombrado Carlos Gardel debutó el 19 de mayo de 1935 en el Teatro Metro, pero esa es otra crónica.
Para retomar el hilo sobre Maracaibo y la canción, hay que anotar que Benny Moré, llegó a Maracaibo el 24 de enero de 1956, para un largo periplo que lo llevó a emisoras, teatros y clubes. ¿No será que esa visita del Bárbaro del Ritmo es la clave de la explicación sobre “Mi son Maracaibo”? Como hipótesis es muy apreciable. Lo cierto es que la canción interpretada por Benny Moré llegó para quedarse en la historia con sabor local.
Hay otras canciones foráneas. Reúno un catálogo de otras tres versiones que se refieren a Maracaibo, que se ubican en Internet. El grupo musical español La Unión, conocido ampliamente por su tema himno “Lobo hombre en París”, incluyó en su álbum de 1988 “Vivir al este del edén”, un tema titulado Maracaibo. La canción dice en una estrofa: "Yo vi gente mezclar su sangre con el oro negro, en los lagos de Maracaibo". Si alguien se guía por la canción creería que hay varios lagos de Maracaibo. Sin querer queriendo, la canción reproduce la versión de cronistas de indias que vinieron y dijeron que aquí había varias lagunillas. Probablemente lo hicieron para impresionar a los monarcas españoles y justificar la expedición, pero también puede haber sido por desconocimiento, que si a ver vamos es más que perdonable, si tomamos en cuenta la época. Es más imperdonable que en tiempos actuales una versión así circule, por desconocimiento o por descuido.
Un segundo tema es de Manu Chau, el cantautor francés de origen español, quien ofrece una breve referencia a Maracaibo en “Lágrimas de oro”, un tema de su álbum Clandestino (1998). En “Lágrimas de oro” Manu Chau dice: "Llegó el Cancodrilo (sic) y Súper Changó y toda la vaina de Maracaibo". Hay quienes interpretan esta referencia como algo despectivo. Merece ser revisada la apreciación de Maracaibo.blogspot.com sobre el tema.
Hay otra canción foránea que habla de Maracaibo, es la escrita en los años 70 por David Riondino e interpretada por Rafaela Carrá. Resultó todo un éxito, por lo menos en Italia. En esa letra es claro que la historia de la canción se deriva de un bar, Barracuda, ubicado en Maracaibo.



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