“El
médico primitivo, que solía ser también sacerdote, brujo y juez, fue el primer
especialista liberado de la obligación de buscar alimento para la tribu. La
magnitud de este privilegio y el poder que le daba son un reflejo directo de la
importancia de las necesidades que atendía. La conciencia de la enfermedad es
una parte del precio que primero pagó el hombre, y que sigue pagando, a cambio
de poder ser consciente de su propia identidad. Pero la conciencia de la propia
identidad de la que es resultado es un fenómeno social, y con ella surge la
posibilidad del tratamiento, la posibilidad de la medicina” (John Berger, 2008.
Un hombre afortunado. Buenos Aire, Alfaguara). Berger fue un escritor, crítico
de arte y pintor británico.
Falleció el 2 de enero de 2017.
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