Autor:
Orlando Villalobos Finol
I
El
profesor era muy reaccionario y continuamente soltaba la frase: “Muchacho no es
gente”.
II
El
profesor dijo Twitter y un estudiante
le enmendó la plana: “tuirer”; luego mencionó a gmail y le replicaron con yimail. Cuando habló de retroalimentación
le salieron con feedback, en lugar de
seguidores, unfollow; después flashback, googlear, postear, hashtag y
community manager, hasta que se refirió a los medios masivos y le acotaron
con massmedia. En ese momento dio un giro
brusco y radical: “Yo pensé que la clase era en castellano, la seguiré en
inglés”.
III
Había
una sola persona en el auditorio pero el profesor siempre dio su conferencia.
Cuando terminó le dio las gracias al único asistente, quien respondió: “Ahora tiene
que escucharme a mí, soy el otro ponente”.
IV
La
jerigonza neoliberal inundó el salón de clases. Para lograr su cometido poco a
poco se fue apoderando del sentido común y convirtiéndose en lenguaje
cotidiano. No hay capitalismo sino economía de mercado, en lugar de
imperialismo, globalización; no hay pobres sino perdedores, no hay despedidos
sino reajuste de nómina, no hay clases sociales sino estratos y niveles, no hay
derechos sociales sino oportunidades, no hay planes ni planificación sino
gestión, se habla del norte del plan y se olvida que el sur también existe,
según Benedetti; no hay torturas sino apremios ilegales. No hay una industria
cultural sino un desarrollo infocomunicacional. Teodoro Adorno y la Escuela de
Frankfurt son borrados del mapa. El eufemismo se puso de moda y el
neoliberalismo pasa con su contrabando.
V
Cuando
el profesor llegó a dar su conferencia le preguntaron: “Usted trae una ponencia
en power point o trae algo que
decir”.
VI
Te
asomas al salón de clases y hay predominio de las estudiantes. Es la tendencia
que se impone en las diferentes carreras. En educación la proporción es nueve
mujeres a un estudiante, en periodismo ocho a dos, y en medicina seis a cuatro.
No obstante, el paradigma patriarcal sigue siendo la medida universal de lo
humano, a pesar de que las renombradas Simone de Beauvoir y Margaret Mead,
entre muchas, demostraron –con investigaciones de por medio- que en materia de
género predomina lo cultural y no lo biológico. De Beauvoir lo dijo a su modo:
“Una no nace sino que se hace mujer”. El lenguaje está impregnado por el patrón
cultural machista. Se habla en masculino. Un zorro es un héroe justiciero, una
zorra es una puta. Se dice que el hombre hizo esto o aquello cuando en realidad
las mujeres están en el centro del imaginario social: ponen el afecto y en más
del 50 por ciento de los hogares ponen el pan en la mesa.
VII
El
profesor lo explicaba de este modo a sus alumnos, si se copian lo que dice el
libro es un plagio, en cambio, si juntan frases de tres o cuatro autores esa es
una investigación.
VIII
Confunde
cautela con prudencia. Cree que sabe de todo, pero en realidad especula sobre
todo. Confunde epistemología con metodología. Archivó la idea de que investigar
es proponer una hipótesis o formular una premisa, y ahora a priori busca
“vender una idea” y convertirla en estrategia discursiva. Corta y pega
metáforas para intentar darle brillo al discurso por encargo. Es un tecnócrata
ilustrado y venido a menos.
IX
Dijo don
Quijote que “el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”, pero ahora
la cultura de copia y pega acaba con esa posibilidad. Cuando el maestro colocó
la tarea ya el estudiante sabía que todas las respuestas estaban en monografías.com
y en el rincondelvago. com.
X
Hay
autores de moda y hay autores proscritos. Alvin Toffler, Peter Drucker y
Nicholas Negroponte avanzan con su literatura de autoayuda. Habermas y Gadamer
aparecen en el listado de los más exigentes. De Habermas se cita su tesis sobre
la construcción del consenso y no su explicación sobre la refeudalización de lo
público. Carlos Marx es un escritor alemán difícil de leer. García Canclini,
Jesús Martín Barbero y Enrique Dussel son demasiado mestizos y
latinoamericanos. Ludovico Silva y Rigoberto Lanz son dialécticos y
epistemológicos. Boaventura de Sousa Santos es un extraño.
XI
La
era de las tecnologías de la comunicación y la información creó esa biblioteca
universal que es internet, pero también trajo la oleada de copiadores y
pegadores.
XII
Está
en el Manifiesto de Córdova, del 21 de junio de 1918:
“Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y por consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden. Fundar la garantía de una paz fecunda en el artículo conminatorio de un reglamento o de un estatuto es, en todo caso, amparar un régimen cuartelario, pero no una labor de ciencia”.
“Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y por consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden. Fundar la garantía de una paz fecunda en el artículo conminatorio de un reglamento o de un estatuto es, en todo caso, amparar un régimen cuartelario, pero no una labor de ciencia”.
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