(Orlando Villalobos Finol*)
El profesor Antonio Pasquali
explicaba en sus libros, y en sus clases, la importancia de distinguir entre
comunicación y medios o aparatos masivos. La comunicación es un asunto de seres
humanos y no de aparatos. El medio en cambio es el “canal artificial”,
“artefacto transportador de mensajes especialmente codificados”. El medio es un
canal de TV, de You Tube, una emisora de radio.
Todo eso hay que actualizarlo ahora
en esta era de cambios tecnológicos acelerados. Hay quienes muestran el
fantasma del periodismo artificial y de un modelo de periodismo sin humanos,
dominado por algoritmos.
Ese periodismo sin humanos ya
existe, con noticias redactadas y leidas, para la televisión, por robots. Si
como no, existe, pero no es igual. Los algoritmos no
analizan, ni interpretan, solo ordenan datos. No le ponen sabor a las horas. No
hablan con fuentes, ni buscan testimonios, ni se asustan, ni se conmueven.
Hacen lo que alguien programa.
Ese periodismo artificial está
hecho a la carta, produce las noticias que el sistema y el big data permiten,
pero no aquellas que hacen tambalear a los poderes de facto, como el de las
transnacionales.
El periodismo bien hecho se nutre
de testimonios y convicciones; con pasión y sin perder la brújula, como lo
cuenta Isabel Allende:
“Esto es lo que necesito para los personajes de mis libros: un corazón
apasionado. Necesito inconformistas, disidentes, aventureros, forasteros y
rebeldes, que hacen preguntas, tuercen las reglas y toman riesgos”.
*Periodista/ profesor de la Escuela de Comunicación Social, Universidad del Zulia/ Ilustración: Veruska Cavallaro.
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